Con un arbitraje absolutamente parcial, el Miajadas Juvenil se volvió de Zafra con las manos vacías cortándose así la racha de cuatro jornadas seguidas sumando. Aquí te dejamos con la crónica que nos ha enviado Kiko Garrido.
DITER ZAFRA 1
C.D. MIAJADAS 0
DITER ZAFRA: Francisco, Mario, Roberto (Pedro 80'), Carlos, Ricardo, Sergio (Rafael 75'), Rubén, Jaime (Ignacio 67'), Oscar (Ángel 57'), Jose y Pedro.
C.D. MIAJADAS: Ñoño (Álvaro 75`), Abel (Sergio 70`), Charly , Holandés, Jorge, Yony Gutierro, Víctor, Ismael (Jaime 65`), Yony Babuglia (Pandro 65`), Machete (Sergio Gil 80`) y Carlos.
ÁRBITRO: No se me ocurren adjetivos mas adecuados que lamentable y vergonzosa para calificar la actuación del trío arbitral. Uno puede entender que cometan errores de apreciación, pero no que deje sin tarjetas numerosas faltas violentas, mire para otro lado ante un claro penalti cometido sobre Pandro, señale numerosos fueras de juego muy dudosos, etc.
GOLES:
Durante una tarde estupenda para la práctica del fútbol, tanto por la temperatura como por el estado del terreno de juego, presenciamos un partido entretenido y vibrante ante el cual no nos sonrió para nada la suerte. La racha de 4 partidos consecutivos sumando se acabó para nuestros chicos, si bien el Díter venía de una racha aún mejor de 5 partidos seguidos sin conocer la derrota.
Durante los primeros 15 minutos el partido discurría aburrido y sin demasiada intensidad. El Díter Zafra dominaba territorialmente fruto de su mayor concentración y motivación. El equipo local ganaba todos los balones divididos y rechaces. Sin embargo, esto no se tradujo en ocasiones dignas de mención. En el minuto 15 llegó el primer disparo con cierto peligro que Ñoño despejó a córner después de una buena estirada. El partido comenzó a inclinarse del lado local, que tenía más posesión y se acercaba tímidamente a través de lanzamientos de esquina, faltas lejanas y lanzamientos sin peligro. Sin embargo, a partir del minuto 30 nuestros chicos fueron entrando en el partido, manteniendo posesiones más largas y empezando a tener buenas ocasiones de adelantarse en el marcador. Las dos más claras fueron protagonizadas por Yony Babublia. La primera tras un rechace de un disparo que nuestro delantero cazó en el área y que un defensa local sacó debajo de la portería local. La segunda fue aún más clara ya que tras una buena triangulación por banda derecha, Yony Gutierro le da un pase milimétrico para que se plante delante del portero. El remate se fue fuera, si bien es cierto que el balón iba botando y estaba algo escorado al lado derecho de nuestro ataque.
Y cuando mejor estaban nuestros chicos, una jugada sin peligro aparente acabó convirtiéndose en el gol que decidió el partido. Rubén recibió pegado a la banda izquierda del ataque local, presionado por 3 jugadores miajadeños. Sin embargo, Rubén recortó hacia dentro y sacó un derechazo que se coló por el primer palo de la portería defendida por Ñoño. Un buen gol el convertido por el Díter, aunque también es cierto que nuestros defensas y Ñoño pudieron hacer algo más.
De aquí al final del primer tiempo no pasó nada cerca de ambas porterías. Las defensas se imponían a los ataques y el partido se volvió más soso y aburrido.
Desde el pitido que dio inicio a la segunda mitad se notó que nuestro equipo juvenil salió más enchufado. Con la defensa más adelantada, presionando más al cuadro local y teniendo mayor acierto a la hora de enlazar pases que nos permitieran gozar de ocasiones.
A los 5' del comienzo Ismael se sacó un disparo impresionante desde banda derecha que se estrelló en el larguero con el portero ya batido. Era el primer aviso de que el partido había cambiado. Tras una falta lejana lanzada por Víctor, Jorge peina el balón y Jaime remata estrellándose de nuevo el balón en el larguero. La mala suerte comenzaba a cebarse con nuestros chicos que ha habían hecho méritos para empatar.
El Díter no provocaba ningún tipo de peligro sobre el área de Ñoño, a excepción de salidas con los pies fuera de su área fruto de los lanzamientos largos y de nuestra defensa adelantada. Se limitó a replegar líneas poco a poco hasta formar dos líneas de 5 delante de su propia área que hizo muy difícil encontrar espacios para los visitantes. Aún así gozamos de opciones de empate a través de numerosos corners, faltas y sobre todo tras otro buen disparo de Víctor que se marcho cerca del larguero local.
El cuadro local se limitaba a parar con faltas las embestidas visitantes, algunas de ellas violentas, sin posibilidad de tocar el balón y por detrás. El árbitro no se atrevió a expulsar a ningún jugador local, incluso se permitía mirar el dorsal del infractor antes de mostrarle tarjeta para no sacar en ningún caso la segunda amarilla. Durante los últimos minutos todo lo que pasó es difícil de explicar. El Díter Zafra se limitaba a tirar todos los balones fuera del campo, a tardar en sacar otro balón para continuar el juego, a cometer una falta tras otra de forma descarada, etc. Todo ello ocurría con la permisibilidad del trío arbitral que no castigaba estos comportamientos, no pedía el balón con celeridad, permitía las pérdidas de tiempo a la hora de poner el balón en juego y sobre todo pitaba sistemáticamente ante cualquier acercamiento visitante. Unas veces fuera de juego, otras faltas en ataque, otras manos, …. Lo peor estaba por llegar ya que en el último minuto miró para otro lado ante un penalti “de libro” cometido sobre Pandro, que sufrió una entrada por detrás dentro del área que lo derribó sin posibilidad de tocar el balón por parte del defensa local.
Para terminar, se limitó a añadir 3 minutos después de realizarse 9 cambios por parte de los dos equipos y tener que salir ambos masajistas en una ocasión durante la segunda mitad. Incluso pitó el final cuando el balón iba por el aire con todo el C.D. Miajadas volcado sobre el área local.
Mejor olvidar el resultado y la crispación e impotencia que provoca la actuación arbitral y quedarnos con lo bien que hicimos las cosas durante la segunda mitad. Y sobre todo analizar que le ocurre a este equipo que no es capaz de jugar al mismo nivel durante 90 minutos, tirando a la basura bien la primera o segunda mitad.
Kiko Garrido